jueves, 2 de agosto de 2012

Bio Hardware

Se me ocurrió una idea buenísima para una historia de ciencia ficción. La neurociencia y el poder computacional avanza lo suficiente para poder comprender el funcionamiento del cerebro hasta su más mínimo detalle, volviendose capaz de saber que caminos neuronales se deben activar para que el cuerpo haga cada actividad. Sin embargo, el hardware para reproducir un humano está aun lejos, y pese a que existen androides, reproducir un cerebro como tal no ha sido aun posible debido a complejas interacciones cuánticas que ocurren entre las dendritas (chan!). Por lo tanto surge la idea de tener bio hardware: correr software sobre cerebros reales, que conectados eléctricamente a un procesador reciben ordenes para actuar. La clonación sigue siendo éticamente reprobable, con lo cual el sistema se usa sobre personas reales. El software para bio hardware es un éxito comercial, porque permite diseñar programas de trabajo que hacen al empleado más eficiente en cierto tipo de actividades, como por ejemplo atención al cliente. Inicialmente se rechaza, pero aquellos que aceptan su uso son más valorados por los empleadores, por lo que en poco tiempo se transfoma en un requisito para conseguir un trabajo bien pago. El uso del sistema traslada al usuario a un estado similar a un sueño, donde, pese a ser consciente de estar actuando, al retomar el uso de sus facultades, el tiempo parece haber transcurrido más rápido. Luego aparecen sistemas de asistencia, donde el software actua cuando el usuario comienza a hacer cierta actividad física, desde cocinar, actividades atléticas, manejar, etc., por lo que se vuelve un producto atractivo para el consumidor final.

Es aquí que nuestro heroe Brian Brain...

El único tema es esto de la conexión con el cerebro, que debería ser barata y segura, Y claro que seguro habría que considerar la variedad de cerebros existentes, que deben ser mucho más variados que por ejemplo programar para browsers distintos.